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Editorial: Ser centinelas

Este medio, quiere ser parte de este llamado que hizo S.S. Juan Pablo II hace ya más de seis años. Queremos ser centinelas del mañana, o sea, personas que estamos siempre atentos y vigilantes a nuestra realidad, en otras palabras, ser profetas del nuevo mundo, llamados a anunciar y denunciar.


El Padre Hurtado una vez dijo: que “esta muy bien no hacer el mal, pero esta muy mal no hacer el bien”, ya en ese tiempo abundaban las personas que no hacían el mal, pero también se necesitaban personas que hicieran el bien; para lograr esto se necesitan personas valientes, personas que estén dispuestos a nadar en contra de la corriente, ya que el mensaje de Cristo siempre molesta a los que están en contra de él y en contra de la Iglesia.

Evangelizar (anunciar) y denunciar, son dos palabras que poseen un gran ideal, pero de difícil cometido (debido a la realidad del mundo moderno), el cristiano esta llamado a realizar estas dos. Cristo, en el evangelio, nos dice que a Él lo persiguieron y a nosotros nos perseguirán, si Él era el hijo de Dios y sufrió todo eso, nosotros también tenemos la posibilidad de sufrir eso y más. Pero todo esto no es vano, ya que la obra es mucho mayor, es la construcción del Reino y el buen Padre de misericordia nos recompensará por todo esto, si somos insultados, perseguidos, injuriados por su causa.

Ser la luz del alba, implica muchas cosas, es ser la primera luz del día, la que elimina las tinieblas y da paso al resto del día, esa es la gran misión: aclarar todas las oscuridades, dar paso a la verdad y a la justicia.

Comment (1)

Miguel, primero que todo felicitarte por el esfuerzo y las ganas que le has puesto a este proyecto cibernauta... la fe en la modernidad!

Muy cierto es el mensaje del Santo Padre: en las juventudes del mundo reside la responsabilidad de anunciar los nuevos tiempos y vivirlos; romper con la quietud, el apernamiento y la amargura de las generaciones que nos precedieron, pero manteniendo sus enseñanzas virtuosas y toda la experiencia entregada.

En nuestra comunidad misma debemos responder, pero tambien exigir: Anunciar y Denunciar. Con respeto, esperando que nos escuchen... pero si somos ignorados en nuestra mision pastoral seguiremos haciendonos escuchar...

El cristiano de hoy se sume facilmente en el silencio, con miedo a denunciar las incompatibilidades del mundo con el Reino. En la misma Iglesia se descubre un velo de conformismo y comodidad; nos cuesta denunciar las injusticias, la explotacion, la desigualdad y tantos otros males por manterner una cierta estabilidad entre los organismos empresariales y estatales.

Eso es un obstaculo para nuestro desafio: como anunciar un Reino de amor, justicia, oportunidades, hermandad e igualdad cuando el sistema nos coarta y no hacemos nada por buscar otras alternativas, nos quedamos en la solidaridad, y con la imagen solidaria de un Santo, Alberto Hurtado. Pero olvidamos su verdadero mensaje: "La solidaridad empieza donde termina la justicia"

Aplaudo a los valientes obispos latinoamericanos que han criticado al sistema actual como piedra de tope para el desarrollo mas alto del hombre, rebajando su dignidad al dinero, pero tambien desearia que nuestra Iglesia se desidiera a despojarse de su trono terrenal y se lanzara a la evangelizacion, sin tener que autocensurarse por miedo a perder apoyo economico, o politico, sino dando todo por el Mensaje de Cristo.

"Y les dijo: No lleven por el camino ni baston, ni morral, ni pan, ni dinero, ni lleven dos tunicas"

Lc 9, 3.

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